El Partido Comunista de Filipinas (CPP) aseguró a la población que se abrirá un corredor humanitario para el paso seguro y sin obstáculos de las vacunas Covid-19 en las áreas y zonas base de la guerrilla. Es una cuestión de principios que el NPA respete todos los compromisos humanitarios que beneficien a las masas.

El Partido sugirió encarecidamente que el transporte, la distribución y la campaña de inoculación de las vacunas Covid-19, especialmente en las zonas del interior, estén a cargo del Comité Internacional de la Cruz Roja, cuyo personal está debidamente capacitado y cuenta con los medios necesarios para llevar a cabo esas misiones.

El Partido también sugirió que no se transporten vacunas con vehículos militares, especialmente los que no están debidamente marcados y llevan soldados armados.

En la actualidad, las vacunas que Duterte prometió al pueblo aún no han sido entregadas. La entrega de vacunas de la Organización Mundial de la Salud se retrasó porque el régimen no promulgó una ley de indemnización necesaria. Filipinas queda ahora a merced de la agencia, ya que la mayor parte del suministro mundial de vacunas ya ha sido monopolizado por los países ricos.

En lugar de asignar fondos para garantizar la inoculación de los sectores prioritarios, el régimen está empujando a los gobiernos locales, empresas privadas y farmacias a actuar por su cuenta. Esto dará lugar a una distribución de vacunas.